La importancia del sostenimiento en el ámbito cristiano.

"Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos..." (Hebreos 10:24-25)

Hoy quiero tocar un tema distinto. Un tema que nace desde mi experiencia y desde un proceso muy personal. Soy una joven que ha crecido en el Evangelio. Desde pequeña fui criada en los caminos del Señor y en la verdad de Cristo. Pero conforme fui creciendo y  adquiriendo un mayor grado de madurez, me di cuenta de una gran verdad que hoy afirmo como joven cristiana: existe una falta real y profunda de sostenimiento en el ámbito cristiano.

En nuestras comunidades de fe, muchas veces se espera que los creyentes siempre estén bien, que tengan fuerza, que no duden. Pero la realidad es que, aunque tengamos fe, aunque creamos, aunque amemos a Dios, hay momentos donde el alma necesita ser sostenida.

Puedo decir con seguridad que, si no fuera por uno que otro hermano que ha sido una bendición en mi vida, el camino hubiese sido mucho más cuesta arriba. ¿Por qué? Porque el camino del cristiano muchas veces se vive en silencio y en soledad. No todos tienen la bendición que yo he tenido: tener personas, que con su presencia y cuidado, me han recordado que Dios no abandona. "Mejor son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero..." (Eclesiastés 4:9-10)

La falta de sostenimiento y empatía dentro del cuerpo de Cristo es una herida que duele más de lo que se dice, y que muchas veces aleja en vez de acercar. Por eso hoy quiero destacar la responsabilidad que tenemos de estar atentos a quienes nos rodean. Debemos acompañar sin juzgar, de ser un lugar seguro para aquellos que se están acercando o que están luchando en medio del proceso. "Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo." (Gálatas 6:2)

Lo más difícil en el caminar cristiano no siempre es la prueba, sino sentirte juzgado, señalado, incomprendido… y solo. En mi caso, como joven cristiana con una condición particular, he vivido muchas de esas experiencias. Es por eso que valoro profundamente el sostén que algunas personas me han dado sin condiciones, incluso en medio de mis procesos, mis dudas y mis silencios.

Lo que quiero es dejar claro es el sostenimiento es parte del caminar con Cristo. No se trata solo de orar por alguien desde lejos, sino de estar presente. No se trata solo de predicar, sino de acompañar con amor. "En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros." (Juan 13:35)

Porque el camino no fue hecho para andarse solo sino para vivirse en comunidad.

"Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos..."(Hebreos 10:24-25)

La fe florece cuando se cultiva en terreno seguro.

Y la Iglesia está llamada a ser ese terreno.

Un lugar donde nadie camine solo.