top of page

Colirio para el alma.

  • Foto del escritor: Naomie Cordero
    Naomie Cordero
  • 21 ago
  • 2 Min. de lectura
ree

Hoy quiero compartir con ustedes algo genuino, hermoso y diferente que nació en lo profundo de mi corazón. Muchas veces enfrentamos tropiezos en la vida y no sabemos ni cómo pedirle ayuda a Dios. Por eso, quiero regalarte esta oración: una que puedas repetir y abrazar en tu corazón cuando lleguen tiempos duros… de duda, de dolor, de incertidumbre… cuando te sientas perdido o desamparado.


Amado Señor,

Me presento ante ti sabiendo que eres un Dios justo y fiel,

benevolente, amoroso y compasivo.

En esos días donde el corazón pesa más de lo normal,

el mejor remedio siempre eres tú.

Tu amor, ilimitado, siempre me espera dulcemente.

Por eso, hoy te pido algo muy especial:


Cuando ya no pueda más,

que tu brazo fuerte y amoroso me sostenga.

Que tu gracia sobreabunde en mi vida (Romanos 5:20b).

Que mi camino sea guiado por tu luz (Salmo 119:105).

Y que cuando la duda quiera nublar mi fe,

mi corazón permanezca anclado en tus promesas.


Tu Palabra dice que tus pensamientos hacia nosotros son de bienestar (Jeremías 29:11),

y yo decido creerlo.

Cuando todo me confunda,

unge mis ojos con tu colirio (Apocalipsis 3:18).

Dame visión clara,

sabiduría para caminar correctamente (Santiago 1:5),

y carácter para parecerme más a ti en amor,

mansedumbre, justicia y templanza (Gálatas 5:22-23).


Que cada día pueda agradarte más.

Que cuando me mires, te sientas honrado de tenerme como hijo o hija.

Que mi mayor carta de presentación sea el amor (Juan 13:35),

como también lo fue la tuya.


Enséñame a refrenar mi lengua (Santiago 3:2),

a dominar mis impulsos,

y a confiar en que nunca me dejarás en vergüenza (Romanos 10:11).

Hazme brillar a tu tiempo,

como hiciste con Mefiboset: el sufrió, pero tú lo sentaste a la mesa (2 Samuel 9:11-13).


Enséñanos a esperar en ti, Juez justo y sabio (Salmo 7:11).

A creer que das en abundancia conforme a lo que cada uno necesita (Filipenses 4:19).

Y que, sobre todas las cosas,

nunca perdamos la gracia de dejarnos sorprender por ti.


Que cada persona que lea esta oración sea bendecida, edificada y fortalecida...

Así como yo lo he sido al escribirla. Amén.


Comentarios


  • Youtube
  • Facebook
  • Instagram
Iglesia Carismática Cristo Redentor Inc. Nos reservamos el derecho de admisión.@2024
bottom of page