Con Jesús como guía, las distracciones no nos desvían.

Cuando la hermana Breckly García Avilés, líder de jóvenes de nuestra Iglesia, me invita a predicar a los jóvenes de We Will Rise, realmente hacía tiempo el Señor me había traído al corazón este mensaje. Como todos los jóvenes adultos, estamos maniobrando cambios importantes en la vida a nivel personal, espiritual y profesional. En resumidas cuentas, todas ellas de una forma u otra, nos acercan a Dios y nos recuerdan lo insignificante que somos en este vasto universo (Salmo 103:15). Si no fuera por Su amor inmerecido y trato justo hacia nosotros, desconozco como evitaríamos el naufragio y colapso absoluto.

Ser joven adulto y cristiano, es un reto que nos drena a todos y nos hace flaquear en la fe. Y es por esto que muchos otros deciden vivir una religión a medias. La generación Z ha vivido las consecuencias de huracanes, temblores, pandemias, cambios socioculturales radicales y para colmo, coexistimos con un peculiar grupo de generaciones en el mundo laboral y eclesiástico que ponen a prueba nuestra frágil forma de percibir el mundo.

Aunque en cada lucha y cada encuentro con la complejidad de la vida, adquirimos experiencia, el costo de oportunidad ha sido que nuestra salud mental y espiritual se ha visto severamente afectada. Es por esto que optamos por vivir un cristianismo tipo sobreviviente de película de misterio. Luchando con "el enemigo" (sea la concupiscencia o literalmente seres espirituales de maldad), usando el psicoanálisis, la teología o espiritualizando absolutamente todo a nuestro paso.

Es completamente normal abrumarse al respecto. E incluso nos preguntamos, ¿cómo podré servir a Cristo de forma tal que las situaciones de la vida no me hagan miserable? Hoy, espero brindar algo de esperanza al respecto, puesto que el gozo del Señor es nuestra fortaleza (Nehemías 8:10).

El mundo (ni los designios de Dios) giran en torno exclusivo de ti.

"Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno." Romanos 12: 3

Pablo le escribe a la iglesia de Roma y le brinda un baño de realidad a dos o tres hermanitos en Cristo. Básicamente, nos recuerda que todos nuestros esfuerzos, son solo para adorar a Dios, emulando a Cristo, inspirados y educados por el Espíritu Santo. Si dejamos que nuestra vanidad o soberbia nos haga creer que todo en este mundo gira en torno a uno mismo, no ha nacido de nuevo. Y por eso, el apóstol nos invita un verso antes a renovar su pensamiento de forma continua (v.2).

Nuestro llamado como discípulos de Jesús es ser servidores (Mateo 23:11-12) y promotores del Reino de Dios en la Tierra (Hechos 1:8). Las leyes de este reino celestial son tan simples, que nos es imposible internalizarlas y acatarlas. Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Buscando el bien de los demás (1 Corintios 10:24), promoviendo entornos seguros, viviendo humildemente (Filipenses 2:3-4; Mateo 23:11-12) e invitando a otros jóvenes a vivir una vida en paralelo con nuestra inescapable realidad, más totalmente en contra de los valores de hedonismo.

Nos oponemos al satisfacer el yo con el uso desenfrenado del placer materialista y emocional. Por eso de forma jocosa, le decimos "baby chill" para que procesemos el que Dios culmine su obra perfecta en nosotros y en los demás.

Absolutamente todo en esta vida es temporal.

"El hombre, como la hierba son sus días; Florece como la flor del campo," Salmo 103:15

Vemos que el salmista está reflexionando sobre la fragilidad de la vida humana. Compara nuestros días con la hierba y las flores del campo, que brotan, florecen y luego desaparecen con el viento. Esto es una imagen que nos recuerda lo efímero de la existencia terrenal (Salmo 90:5-6), pero también prepara el terreno para hablar de la misericordia eterna de Dios (v.17).

El salmista nos invita a valorar cada día, reconociendo que la vida es pasajera y nosotros apenas peregrinos de este mundo. Ya que todo en esta vida es vanidad (Eclesiastés 1:2; Salmo 39:5), debemos aprender a ser felices con lo real, con lo breve y no aferrarse a glorias pasadas, más allá de nuestra victoria en Cristo por medio de su sacrificio en la cruz por nuestros pecados (Isaías 53:5-6; Juan 3:16; 1 Pedro 2:24; Hebreos 9:28...).

Recordamos que, aunque somos frágiles, la misericordia de Dios es eterna para quienes le temen y guardan su pacto (Lamentaciones 3:22-23; Salmo 103:8-12; Tito 3:5; Efesios 2:4-5). Pero vivimos contentos y confiados puesto que el mismo en su palabra nos invita a acercarnos al trono de la gracia para alcanzar misericordia (Hebreos 4:16). Cuando ores, recuerda esta frase: Esto también pasará, pero agradecemos a Dios porque Sus misericordias son nuevas cada mañana.

Reconoce tu ídolo y suéltalo.

"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante," Hebreos 12:1

Lucas nuevamente trae un discurso largo pero sustancioso a la comunidad el cual conecta con Hebreos 11, donde se menciona a los “héroes de la fe” como Abraham, Moisés, Rahab, etc. Nos invita a imitar su ejemplo de fe perseverante. Se refiere a los creyentes del pasado que vivieron por fe. Son como espectadores en una carrera, animándonos desde las gradas con su testimonio. También puede incluir personas en nuestra vida que nos inspiran a seguir a Cristo. “Peso” puede ser cualquier cosa que nos distraiga o nos frene: preocupaciones, hábitos, relaciones tóxicas, etc. “Pecado que nos asedia” es aquello que nos rodea constantemente y busca desviarnos del propósito. La imagen es la de un corredor que se libera de cargas para avanzar con agilidad.

En Lucas 21:34, habla Jesús sobre las preocupaciones del día a día, pueden autosabotear nuestra comunión con El por lo que, a veces hay que aceptar lo que 1 Corintios 10:23 nos dice claramente. No todo afán conviene, no todo edifica. Es por eso que, para poder superar los afanes de la vida, debemos renovar nuestro entendimiento (Romanos 12:2), reconociendo que Cristo es nuestro centro y que, al brindar nuestros ídolos a él, nuestra carga será mucho más ligera, aunque duela (Mateo 11:28-30).

El gozo del mundo debilita y enferma, pero el gozo del Señor fortalece.

Lee Nehemías 8:10. El pueblo de Israel había regresado del exilio en Babilonia y estaba reconstruyendo su identidad espiritual. Esdras leyó la Ley de Dios en público, y al escucharla, el pueblo se entristeció al reconocer sus faltas. Nehemías, el gobernador, les dijo: En lugar de lamentarse, se les animó a celebrar porque estaban volviendo a Dios, y ese gozo divino sería su fortaleza interior. El “gozo del Señor” no es una emoción superficial, sino una alegría profunda que nace de estar en comunión con Dios. Es una fuerza espiritual que sostiene al creyente en medio de pruebas, debilidad o tristeza. Este gozo es fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22) y se cultiva en la presencia de Dios (Salmo 16:11).

En tiempos de dificultad, ¿que está invitando el mundo? A que trates de encontrarte a ti mismo o ignorar las desgracias agenas en un anacronista renacimiento del baile baraja y botella del siglo XIX (19). La expresión “baile, botella y baraja” tiene raíces históricas en Puerto Rico del siglo XIX, y se atribuye al gobernador Miguel de la Torre y Pando, quien gobernó la isla entre 1823 y 1837. Miguel de la Torre, tras perder territorios en Venezuela y Colombia, fue enviado a Puerto Rico por la corona española para evitar rebeliones independentistas. Su estrategia fue mantener al pueblo entretenido y distraído para que no pensara en política ni revolución. Así nació su lema: “baile, botella y baraja”, que equivalía a “pan y circo” en la Roma antigua.

Recordar que el gozo del Señor es nuestra fortaleza nos ayuda a resistir, esperar y seguir adelante con fe. No depende de las circunstancias externas, sino de la relación viva con lo divino. Dios confronta estos ideales de este siglo por medio del llamamiento a la sobriedad, propósito y comunión con Dios. Aquí te comparto textos que van directamente en contra de esa filosofía:

Contra el hedonismo y la evasión

• 1 Pedro 4:3

  “Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías.”

• Gálatas 5:19-21

  “Y manifiestas son las obras de la carne… borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto…”

• Isaías 5:11-12

  “¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez… pero no miran la obra de Jehová, ni consideran la obra de sus manos!”

  
  

Contra la distracción y el desenfoque espiritual

• Lucas 21:34

  “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida…”

• Romanos 13:13-14

  “Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras… sino vestidos del Señor Jesucristo…”

• Efesios 5:18

  “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien, sed llenos del Espíritu.”

  
  

Llamado a una vida centrada en Dios

• Mateo 6:33

  “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…”

• Colosenses 3:2

  “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.”

• Hebreos 12:1

  “Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia…”

Estos textos no condenan la alegría ni el descanso, sino que nos invitan a vivir con propósito, sobriedad y comunión, evitando que el placer momentáneo nos robe la paz duradera. El “baile, botella y baraja” como estilo de vida representa una filosofía centrada en el yo, mientras que el Reino de Dios nos llama a servir, amar y vivir con eternidad en mente.