El mejor vino para el final

Jesús en su ministerio terrenal realizó muchísimos milagros, tan es así que el evangelio de Juan finaliza diciendo: Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Juan 21:25. Pero Juan es dirigido por el Espíritu Santo para escribir en su evangelio sobre 8 señales (milagros) que confirmaban quien era Jesús. Y hoy hablaremos de la primera señal que Jesús realizó y el porqué de esta.

La Biblia en Juan capítulo 2:1-12 nos dice que Jesús fue invitado a una boda en Caná, junto a sus discípulos y su madre. Pero durante la celebración de esta boda, el vino se agotó. Ante esta situación María va donde Jesús para presentarle el problema y luego le dice a los que servían que hicieran todo lo que Jesús les dijera. En aquel lugar había 6 tinajas las cuales era utilizadas para el rito de la purificación y Jesús les dijo: llenen estas tinajas de agua y llévenlas al maestresala. Los sirvientes obedientemente hicieran tal como el Maestro les dijo y cuando el maestresala probó el agua hecha vino, quedó sorprendido al probar tan exquisito vino, pero también le sorprendió que aquel novio había reservado el mejor vino para el final, rompiendo así con toda tradición. Pero quizás te preguntes; ¿porque Jesús realizó este milagro/señal?

Para revelarnos el carácter del Padre, para ensenarnos a través de su vida como es Dios. Por lo tanto a través de este milagro se nos enseña que nuestro Padre cuida y está pendiente a cada una de nuestras necesidades, no solo las espirituales sino las físicas también. Por eso David dijo: Jehová es mi pastor y NADA me faltará. Salmo 23:1. Jesús vino a traer provisión a cada área de nuestra vida. Pero recuerda, hay cosas que creemos que necesitamos, pero en realidad no son necesarias, ¡siempre pídele al Espíritu Santo que te revele por medio de las Escrituras que cosas realmente necesitas y te darás cuenta de que en Cristo lo tienes todo! ¡Aleluya!

Para enseñarnos que los que depositan su confianza en el Señor, caminan en obediencia a su palabra y presentan en oración cada una de sus situaciones, para que sea El, el que obre, jamás serán avergonzados. El Salmo 34:5-6 nos dice que: los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados. Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.

Pero, más allá de suplir una necesidad física, Jesús estaba demostrando con esta señal que él era el Hijo del Dios viviente, ¡el Mesías prometido y la única fuente de vida! Aquel que vino a romper con toda tradición humana para lograr la verdadera purificación del hombre y así por medio de Él, alcanzar salvación y vida eterna. Las tinajas que tomaron para llenarlas de agua eran utilizadas para el ritual de la purificación. En Marcos 7 nos habla que los fariseos y los escribas cuestionaron a Jesús sobre el porqué sus discípulos no andaban conforme a la tradición de los ancianos y comían con manos inmundas, manos sin lavar. Pero Jesús enseñó que ningún rito externo puede purificar el corazón del ser humano, solo la sangre del Cordero de Dios derramada en la cruz puede purificar nuestros corazones.

Por eso aquella agua fue transformada en vino. El agua y las tinajas representaban las tradiciones y los esfuerzos humanos, los cuales son completamente incapaces de purificar y producir vida. Mientras que el vino representaba el nuevo pacto, representaba la sangre que iba a ser derramada en la cruz, la única completamente capaz de purificar, aun al más vil pecador.

" Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión (perdón) de los pecados." Mateo 26:27-28

Con esta poderosa señal Jesús manifestó Su gloria, demostrando que él era el Mesías prometido, el Dios hecho carne y el mediador de un nuevo y mejor pacto.

"Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo." Hebreos 8:6-7

Dios, rompiendo con toda tradición humana, ¡reservo para cada uno de nosotros el mejor vino para el final!